CARRETE DE RUHMKORFF
Máquina de inducción eléctrica, hace parte del laboratorio de Física de la Universidad Pedagógica, está organizada con aparatos de inducción electro voltaicos. Adquirida en 1881 y pagada con dinero procedente de los derechos académicos. Fue encargada a los talleres del inventor, Ruhmkorff, en París. Cajón de madera, tubos de ebonita y discos de cristal.
HISTORIA
Fue un instrumento, muy popular en el siglo XIX , nombrado así en honor a su fabricante, Heinrich Daniel Ruhmkorff (1803 – 1877).
Se compone de dos bobinas de ebonita una dentro de otra. La interior es la inductora y se pone en comunicación alternativamente establecida e interrumpida con los polos de una pila; además lleva en su interior un manojo de hilos de hierro dulce. La bobina exterior, en la cual se desenvuelve la corriente inducida, está formada de hilo muy fino y muy largo cuyos extremos terminan en dos columnitas aisladoras. (Fernández M. 1875)
APLICACIONES
Para la producción de corrientes inducidas, por medio de bobinas de inducción. Se utiliza como generador electrovoltaico, para aplicaciones relacionadas con los tubos Geisler y para los tubos de rayos X. De invención anterior a la de los transformadores de corriente alterna, es un verdadero transformador polimorfo y elevador, en el que se obtiene, a partir de una corriente primaria continua y de pequeña f.e.m. otra de alta tensión y alterna. La bobina o carrete de inducción de Rühmkorff, precursor del transformador, se utiliza para obtener corrientes inducidas de alta frecuencia y potencial. Con este tipo de corrientes era posible iluminar tubos de Geissler, de rayos X, detonar explosivos a distancia, etc.
Los carretes de Ruhmkorf llegan a dar chispas hasta de medio metro de longitud. Se observa en el eje una línea blanca y brillante rodeada de otra envoltura más tenue de color violeta. La porción brillante de la chispa es la “descarga de tensión”. La envoltura morada recibe el nombre de “descarga de cantidad”. Pueden separarse con un ligero soplo. (E. Lozano y Ponce de León, 1904)
JULIO VERNE Y EL CARRETE DE RUHMKORFF
20.000 leguas de viaje submarino. Capitulo XV.
-¿Cómo podeis alumbrar el camino y guiar vuestros pasos en el fondo del océano?
-Con el aparato Ruhmkorff, señor Aronnax. El primero se lleva a la espalda como os he dicho y el segundo se sujeta a la cintura, se compone de una pila Bunsen que pongo en actividad, no con bicromato de potasa sino con sodio. Una bobina de inducción recoge la electricidad producida, dirigiéndola hacia una linterna. En esta linterna hay un serpentín de cristal que solo contiene un residuo de gas carbónico. Cuando el aparato funciona, este gas se hace luminoso y da una luz blanquecina y permanente.
Viaje al centro de la tierra. Capítulo XVIII
Tomó con una mano el aparato de Ruhkorff que llevaba suspendido del cuello, puso en comunicación con la otra la corriente eléctrica del serpentín de la linterna y una luz bastante viva disipó las tinieblas de la galería.
Viaje al Centro de la Tierra. Capítulo XI.
El aparato M. Ruhmkorff consiste en una pila Bunsen activada por bicromato de potasa que no desprende ningún olor; una bobina de inducción pone la electricidad producida por la pila en comunicación con una linterna de una disposición particular; en esta linterna se encuentra un serpentín de vidrio en que se ha hecho el vacío y en el que queda sólo un residuo del gas carbónico o de nitrógeno. Cuando funciona el aparato, este gas se vuelve luminoso produciendo una luz blanquecina y continua. La pila y la bobina están colocadas en un saco de cuero que el viajero lleva en bandolera. La linterna, colocada en el exterior, ilumina perfectamente en las más profundas oscuridades; permite aventurarse, sin temor a explosión alguna, en medio de los gases más inflamables e incluso no se apaga en el seno de las más profundas corrientes de agua. El señor Ruhmkorff es un sabio y hábil físico. Su gran descubrimiento es su bobina de inducción que permite producir electricidad de alta tensión. Acaba de obtener, en 1864, el premio quinquenal de 50.000 francos que Francia reservaba a la aplicación más ingeniosa de la electricidad.